Disputado partido el que vimos en la media tarde del sábado. Dos equipos con pobre bagaje futbolístico, con cierta mediocridad deambulando por el césped y que mucho tendrán que mejorar si quieren permanecer otra temporada más en la segunda división de nuestro fútbol. Para el barriosf era un partido clave en su búsqueda de oxigeno. Para el Talleres Carlos era la última oportunidad de aferrase a una salvación que sigue teniendo más que complicada. Con estos mimbres es difícil jugar un fútbol vistoso, porque si la clasificación te ha puesto en el mes de enero en esas posiciones es que algo no estás haciendo bien. Si a eso le añadimos lo pequeño del campo de juego, apenas seis metros más grande que un campo de fútbol sala, tenemos un resultado clarificador: mucho pelotazo de ambos equipos, pocos toques seguidos al balón y las pocas ocasiones que se presentan lo hacen más por rebotes o por fallos del rival que por elaboración propia.
La primera parte cumplió ese guión. El único gol fue una estúpida pérdida en el medio del campo del Barrio, que aprovechó el Talleres Carlos para salir en un rápido contraataque que su delantero centro resolvió en gol tras regatear a Raúl Casillas. Las jugadas a balón parado eran aprovechadas por el Talleres para crear peligro siempre en un descuidado primer palo, pero en el área contraria, el Barrio se encargaba de hacer el ridículo una y otra vez (y no es la primera vez) en sus lanzamientos de falta. La mejor ocasión para el Barrio también fue en un fallo defensivo del rival. Un balón que saca en largo con la mano Raúl, que se lo come un defensa y que llega a Javi, escorado a la izquierda. Éste la pone en el área chica, pero ni Juanito primero (probablemente sufrió penalti), ni Chimi después (estrelló el balón en un defensa que estaba bajo palos) acertaron con el gol.
Tras la reanudación, el Talleres Carlos dio varios pasos atrás, pero aprovechó la subida del Barrio, que además no hizo su mejor partido en defensa, para salir en peligrosos contraataques que no hacían adivinar nada bueno para el equipo. En uno de ellos marcó el 2-0, y a partir de ahí, muy poquito. Clara incapacidad del Barrio para crear peligro, ya que sólo lo intentó en lanzamientos muy desafortunados de larga distancia y su única ocasión clara fue un fallo garrafal de Chimi que, con el portero en el suelo, sólo estrelló la pelota en él en un rechace, y un Talleres Carlos algo conformista que pudo haber logrado más goles si hubiera salido con más decisión.
Mal augurio para el Barrio.
El Mejor. Pues quizás Isak, aunque estuvo desafortunado en sus lanzamientos.
El árbitro. Nuñez, partido sencillo, pero tenía que dejar su muestra: una tarjeta estúpida, en el último minuto y con el partido decidido.
La afición. Fiel, como siempre, dos espectadores.
Tomás Squash
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