Un rayo de luz en este gris equipo.
La Picuriña
27/01/07 16.00h
Los que seguimos semana tras semana el juego del Barrio llevábamos un tiempo desencantados, y el partido de esta tarde ha venido a poner un rayo de sol en el gris juego de este equipo en los últimos dos meses. Aún así, ha salido goleado, pero ha sido la derrota más digna de esta temporada, con momentos en los que incluso se especuló con la posibilidad de lograr algún gol, algo que no consiguen desde mediados de diciembre.
El partido comenzó con un ritmo trepidante, pero fue sólo un espejismo, en esos dos primeros minutos de juego, El Mirador acumuló dos ocasiones provocadas más por la defensa rival que por el ataque propio. Pero en contra de lo que parecían vaticinar esos minutos, la primera parte transcurrió a ritmo tranquilo. No había mucho movimiento, y el juego se volvió demasiado estático, sin grandes ocasiones para ninguno de los dos equipos. Cuando raramente, llegaban esas ocasiones, cada uno cumplía su papel: Raúl, el portero del Barrio, se estiraba a un lado y a otro y convertía su marco en inexpugnable. El portero del Mirador, veía impasible como los disparos del Barrio salían a muchos metros de su portería. A cinco minutos del final de este primer tiempo, en una falta, el delantero del Mirador estrellaba en balón en el poste derecho de la portería de Raúl, y la defensa del Barrio se mostraba torpe y distraída en el rechace, provocando el primer gol del partido.
La segunda parte fue radicalmente distinta. El juego se rompió en el medio del campo y ello provocó multitud de contraataques y de situaciones de superioridad para los ataques. Durante el primer cuarto de hora el Barrio se lanzó a por el empate y tuvo ocasiones suficientes para conseguirlo. Beni, Isak, Chimi, Jesús, se acercaron al área rival con peligro, pero no lograron desvirgar la portería. De todas formas, les iría mucho mejor si entendieran una cosa: si lanzas a puerta una y otra vez desde fuera del área, y no llega el gol, quizá sea mejor asociarse con el compañero, y buscar paredes y más pases hasta entrar dentro del área. Los últimos cinco minutos, con el bajón físico normal del Barrio, El Mirador sentenció el partido al contraataque.
Lo dicho, cuatro goles abajo, pero más dignos que la derrota anterior, la anterior o la anterior.
El mejor. Partido bueno en general. Beni o Ricci podían llevarse la elección, pero me quedo con el Churro. Su clase se nota en el ataque del Barrio.
El árbitro. Desconocido. La primera vez que lo veo, pero hizo un partido como debe ser: desapercibido.
El público. Una, la de siempre.
El partido comenzó con un ritmo trepidante, pero fue sólo un espejismo, en esos dos primeros minutos de juego, El Mirador acumuló dos ocasiones provocadas más por la defensa rival que por el ataque propio. Pero en contra de lo que parecían vaticinar esos minutos, la primera parte transcurrió a ritmo tranquilo. No había mucho movimiento, y el juego se volvió demasiado estático, sin grandes ocasiones para ninguno de los dos equipos. Cuando raramente, llegaban esas ocasiones, cada uno cumplía su papel: Raúl, el portero del Barrio, se estiraba a un lado y a otro y convertía su marco en inexpugnable. El portero del Mirador, veía impasible como los disparos del Barrio salían a muchos metros de su portería. A cinco minutos del final de este primer tiempo, en una falta, el delantero del Mirador estrellaba en balón en el poste derecho de la portería de Raúl, y la defensa del Barrio se mostraba torpe y distraída en el rechace, provocando el primer gol del partido.
La segunda parte fue radicalmente distinta. El juego se rompió en el medio del campo y ello provocó multitud de contraataques y de situaciones de superioridad para los ataques. Durante el primer cuarto de hora el Barrio se lanzó a por el empate y tuvo ocasiones suficientes para conseguirlo. Beni, Isak, Chimi, Jesús, se acercaron al área rival con peligro, pero no lograron desvirgar la portería. De todas formas, les iría mucho mejor si entendieran una cosa: si lanzas a puerta una y otra vez desde fuera del área, y no llega el gol, quizá sea mejor asociarse con el compañero, y buscar paredes y más pases hasta entrar dentro del área. Los últimos cinco minutos, con el bajón físico normal del Barrio, El Mirador sentenció el partido al contraataque.
Lo dicho, cuatro goles abajo, pero más dignos que la derrota anterior, la anterior o la anterior.
El mejor. Partido bueno en general. Beni o Ricci podían llevarse la elección, pero me quedo con el Churro. Su clase se nota en el ataque del Barrio.
El árbitro. Desconocido. La primera vez que lo veo, pero hizo un partido como debe ser: desapercibido.
El público. Una, la de siempre.
Tomas Squash
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