Jornada 7: Barrio SF - Herederos Bas Mirón (por Risto)

Barriosf.blogspot.com: 4 [Jesús, Isak, Luis y Ricci]
Herederos Bas Mirón: 0


El Barrio se codea con la élite.

Mira que me jode, pero después de tanto palo, sólo me queda postrarme ante ustedes.

A falta de una jornada el Barrio tiene muchas opciones de acabar en el pódium liguero, hace un par de años sólo era un sueño.

El partido jugado anoche era, como se esperaba, un partido trampa. Se jugaba ante los últimos de la liga. En más de una ocasión el exceso de confianza ha hecho perder puntos a estos prepotentes jugadores.

La primera parte no es que fuera sosa, es que fue un coñazo tremendo, solamente maquillado con un golazo de Luis Luengo, que se sacó un disparo violentísimo desde el centro del campo ante el que nada pudo hacer el orondo guardameta contrario.

En el descanso el míster les recriminó un no se qué, que algunos se tomaron a guasa. El caso es que funcionó y el equipo salió en tromba a sentenciar lo antes posible. Tras varias llegadas, Francisco Dávila controla con el pecho y cede atrás con la maestría de Ronalpiños para que Jesús Iglesias casi falle, pero no, 2-0.

Con dos arriba el Barrio se gustó, pero son inútiles y fallaron ocasiones clarísimas. Cabe destacar una de Isaac Fernández que sólo ante el portero la manda a la plaza de toros, u otra del señor Dávila, que también la manda a tomar por culo.

El 3-0 llegó tras una gran galopada de Manolo Ricci que culmina empujando a puerta semivacía y tirándose al suelo como si le esperara Cicciolina en posición de defensa.

Herederos se desquició por el resultado y buscaron venganza con alguna entrada o protesta subida de tono, pero de poco les valdría.

En otro de los numerosos robos de balón una pared entre Fermín e Isaac, acabó con una "marsellesa Zidanesca" de este último, y resolviendo cruzado ante el portero.

El 4-0 dio paso a otras preocupaciones, el balón se había perdido y como somos tan así, nos daba miedo de meternos entre los árboles. El señorito Luis lo rescató y todos se fueron felices a casa.

Aunque hayan ganado, no se lo tengan tan creído,