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martes, octubre 03, 2006

Historia: La Ilusión del Primer Verano

Debutamos. Sabíamos que futbolísticamente éramos bastante flojos y que sería bastante difícil ganar partidos, pero no nos importaba. El primer partido comenzó con vicisitudes: Debíamos jugarlo a las 9 en el campo de césped de Elvas y lo acabamos alrededor de las doce y pico de la noche en el campo de la Juventud. Cosas de la organización de la liga. Sacamos de centro nosotros. Recuerdo que Abel la toco con Juanma y éste para Óscar. Óscar me dio un pase en corto que yo no esperaba y perdí la pelota. En tres toques se plantaron delante de nuestra portería y en cuatro ya nos habían metido el primer gol. Cincuenta segundos de juego. Nos miramos todos antes de sacar de centro de nuevo y soltamos carcajadas, ¡vaya comienzo!

Aquel partido de debut acabamos perdiéndolo por 6-1. Vinieron después dos nuevas derrotas y la eliminacion por penaltys en la Copa Yo iba notando en el equipo cierta mejoría, gracias a que nos habíamos asentado en el campo, habíamos perdido miedos iniciales, y, sobre todo, a que estaba jugando con nosotros de gato [jugador sin ficha], Sergio Casillas, un crack.

El 29 de julio llegó nuestra primera victoria con Raúl en plan estelar sacando algunas manos imposibles y con todos dejándonos hasta la última gota de sudor. Casualidades de la vida, aquel equipo que perdió tres puntos y cierta dignidad contra nosotros acabó llevándose la liga.

El resto de la competición fueron derrotas. Algunas abultadas y otras no tanto, pero lo cierto es que ya íbamos demostrando cuáles eran las bases del equipo: la risa, el compadreo y la amistad. Le echamos el cerrojo a la temporada con una cena en el Bella Italia una noche de comienzos de septiembre, y con una copita en la terraza de un pub de Valdepasillas. Parecía que sería una noche de juerga de las memorables, pero pronto todos nos fuimos para casa, alegando cansancio, trabajo al día siguiente o discusiones conyugales.

Por cierto, unos días después, recibí una llamada de Tomás, el que organizaba la liga: la semana siguiente era la entrega de trofeos y debíamos acudir. Solté una carcajada. Él insistía que debíamos ir, que teníamos un trofeo. Pensé que se estaba quedando conmigo, pero no, ganamos nuestro primer trofeo: el de la deportividad.

¡Y con orgullo lo llevamos, coño!

Javi Lairado

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